
César Bastian parece decirnos en cada uno de sus conciertos que la verdadera música nace desde el alma, y transmite a partir de ella, tocando corazones, y sobreponiéndose a su imposibilidad visual; no necesita más, la fuerza indomable de su propio espíritu es suficiente para desplazarse en un mundo, que pudiera pensarse lleno de sombras, pero donde la luz de su inspiración lo ha iluminado la mayor parte de su vida (aun joven).

Un bastón plegable –que las más de las veces ignora- un reposapiés, y una guitarra, son sus compañeros inseparables; eso y el estímulo que le da su cada vez más creciente público, lo hacen moverse, motivado, por cada rincón de Ciudad Valles y el resto de la Huasteca Potosina, hasta donde quiere llevar sus interpretaciones en primer término, para luego seguir con el resto del mundo.

Nacido en 1988 en Jalpan de Serra (Querétaro), una tierra huasteca de creadores, comenzó su carrera mientras estudiaba la Universidad; veinte años después (en 2008) participó con grupos locales de música norteña y de rock. Para 2020 decidió emprender su camino como guitarrista clásico solista y abrió su canal de YouTube, ofreciendo ahí tutoriales de guitarra y la interpretación de su música original.

Con la enseñanza del maestro Rafael Elizondo ha pulido su estilo, destacando las composiciones de cuatro sencillos: “Silueta”, “A cup of coffee”, “La guitarra que llora y canta” (creada desde que tenía 16 años), y “Remembranzas”. Aunque quizás la pieza más significativa sea "Amanecer con Neblina" –surgida en los tiempos más álgidos de la pandemia- que llevó a su esposa a escribir un libro.

Él a su vez se realimenta con su compañera de vida -quien lo impulsa a crear- al igual que la hermosura de la región que lo rodea, pues tiene claro que esa belleza se puede captar de diferentes maneras y no solo a través de la vista. Desde 2022 se ha presentado en los Domingos Culturales de Ciudad Valles, en el Museo Tamuantzán del Centro Cultural de la Huasteca, y en el Museo Regional Huasteco (en varias ocasiones).

Al paso del tiempo, César Bastian sigue buscando abrirse espacio en un mundo de la cultura que suele ser más limitado que su propio físico, porque el artista tiene claro que la visión es más amplia -prácticamente infinita- cuando forjas y transmites, recargado en la madera y manipulando las cuerdas, embelesando a una audiencia que cada vez lo admira y aplaude más, por el ejemplo de superación que representa, y por el talento que derrama.
